La actuación del logopeda se basa en la aplicación de la Terapia Miofuncional (TMF) que se define como “el conjunto de procedimientos y técnicas utilizados para la corrección del desequilibrio muscular orofacial, la creación de nuevos patrones musculares en la deglución, la creación de patrones adecuados para la articulación de la palabra, la reducción de hábitos nocivos y el mejoramiento de la estética del paciente” (Meyer,L. A., 2004, cp. Abello y cols., 2005).
Su base de trabajo es el sistema bucomaxilofacial, que se encarga de funciones vitales como la respiración, succión, deglución, masticación y el habla; y otras múltiples como bostezar, llorar, vomitar, etc.. Nuestro trabajo en los casos de deglución atípica con inclusión de ortodoncia puede desarrollarse en tres etapas diferentes.
- Intervención previa
- Intervención pre-ortódoncica
- Intervención conjunta
- La intervención posterior
Desde nuestra experiencia en inteligencia activa en nuestra área de logopedia, para corregir una deglución atípica en un paciente que requiere también ortodoncia, el procedimiento más apropiado es el que se resume a continuación:
Para el tratamiento en caso de una deglución atípica, se recomienda entre ocho o diez sesiones antes de la colocación de la aparatología, para concienciar al paciente acerca de su patrón deglutorio incorrecto y la nueva forma de tragar, mediante ejercicios específicos de la terapia miofuncional seleccionados de acuerdo al diagnóstico obtenido durante la valoración. En esta etapa se prepara al paciente para iniciar el aprendizaje de la deglución de saliva, líquidos y sólidos de las cinco comidas diarias, en forma conjunta con el tratamiento ortodóncico.
Mantenimiento del nuevo patrón deglutorio durante las 24 horas del día; proceso que será supervisado a través de sesiones espaciadas hasta que la mordida este corregida, es decir, hasta la retirada del aparato de ortodoncia.
Últimas sesiones de revisión con una periodicidad menor, donde el trabajo del logopeda estará dirigido a evitar posibles interferencias en la oclusión (de la lengua, los labios) y también, el momento idóneo para otorgarle al paciente el alta logopédica definitiva.
Si la labor del logopeda finaliza antes que la actuación del ortodoncista, se da un alta provisoria y se retoma el caso más adelante, es decir, se realiza una intervención post-ortodóncica mediante sesiones de revisión con una cierta periodicidad. De igual manera, el alta provisoria se da en el caso contrario, cuando el paciente ha sido tratado por deglución atípica de forma previa al inicio de la corrección de su maloclusión.
Finalmente, se da el alta definitiva una vez se observa que el paciente ha generalizado los patrones aprendidos durante la intervención y que tiene su mordida corregida.
Laura Gualda Pérez. Departamento de logopedia del Centro Inteligencia Activa en Aspe.